domingo, 29 de marzo de 2020

Enseñanzas de Noé para el 2020

Enseñanzas de Noé para el 2020
Por Helen Goldberg


Estos días de #quedateencasa me han hecho pensar mucho en la figura bíblica de Noé y las enseñanzas que nos dejó su historia.

Mientras reflexionaba sobre su vivencia dentro del arca me terminé concentrando en un punto principal de la vida de él que nos atañe a todos en estos momentos: la paciencia.

Este hombre, que quizás tuvo que lidiar con un sinfín de preguntas por parte de su familia e incrédulos que lo consideraban loco, posiblemente tuvo que desarrollar mucha paciencia en todos los sentidos para sacar adelante su titánico proyecto. Pero durante su odisea también salieron a flote, muchas otras virtudes que quizás ni él mismo sabía que poseía.

En el periodo previo al diluvio Noé tuvo que ingeniárselas para ver de qué manera podía construir un arca que fuera lo suficientemente resistente para albergar a su familia y una pareja de cada especie animal; junto con la alimentación y todo lo necesario para el tiempo que durara (resultaron ser 40 días de lluvia,  pero 150 días que tardaron las aguas en bajar a un nivel que les permitiera volver a salir).

Durante su “cuarentena” en la arca Noé y su familia tuvieron fe, paciencia, pero sobre todo esperanza de que un día pese a la lluvia volvería a salir el sol.

Si bien dentro del arca tuvieron mucho trabajo, pues eran muchos los animales, el espacio que compartían juntos los hizo aprender a convivir y reconectar unos con otros.

Es exactamente lo mismo que nos esta sucediendo en este momento de cuarentena, que nos estamos acercando a nuestros seres queridos y reencontrándonos con la esencia de lo que es ser una familia. 

Construyamos nuestra propia arca. Esto no es el fin. Es el principio. 

Mirémonos a los ojos y sostengamos la mirada, observemos el carácter y la esencia del ser humano que duerme a nuestro lado. Desconectémonos del internet que nos aísla y nos empuja a las pantallas, y del aislamiento producido por décadas de una vida acelerada que idolatra al dinero y el materialismo, aprovechemos para conectarnos con nuestra familia, con nosotros mismos y con la esencia pura de la creación y la espiritualidad. 

Aprendamos ¿cómo son? ¿Qué les gusta? ¿qué sentimientos compartimos cuando vemos una película juntos? Elijámonos cada día, porque la familia es con la que tenemos que lidiar, reír, cenar, compartir y convivir cada día. 

Nos han pedido quedarnos en casa, en nuestro hogar, un lugar en el que por cierto hace tan solo un mes añorábamos poder pasar mas tiempo para poder estar con nuestras familias en vez de estar en nuestra oficina. Entonces ¿por qué ahora que nos han pedido que no salgamos, que cuidemos a los más vulnerables,  y que nos cuidemos unos a otros se nos hace tan difícil? 

Los que me conocen desde hace muchísimos años saben que yo tengo una frase que comparto con mis amigos y es: “para cuidarme, debes de cuidarte, así nos cuidamos”. Pues bien, pasemos de las palabras a la acción, y pongamos esa máxima en práctica porque es el momento perfecto para cuidarnos!

El hogar de nuestra alma es nuestro cuerpo, por eso también es momento de buscar espacios de recogimiento, de ir a nuestro interior y entender que el orden del mundo cambió de repente. 

Ha habido una transformación súbita que nos tomó desprevenidos pero que era necesaria para sanar la tierra y darnos cuenta de que algo estábamos haciendo mal.

Tal vez esto es una forma de que volvamos los ojos al universo, a Dios, a la creación, -póngale el nombre que desee- y demos gracias por lo que tenemos .

Recordemos que esto no se trata de religión se trata de fe, la fuerza proviene de una energía creadora que constantemente nos recuerda que siempre habrá una dirección para volver a empezar en un mejor y nuevo mundo.

Por eso recapacitemos, entendamos que los recursos dados por el Creador y que valoramos tan poco deben ser cuidados y admirados.

Necesitamos sanarnos del consumismo innecesario y entender que los hombres no podemos estar en una lucha constante en contra de la creación. 

Este mundo debe ser, más que disfrutado, admirado; los animales son para ser respetados, no maltratados; los recursos naturales para ser cuidados y usados responsablemente, no para ser contaminados.

Vibremos alto, enviemos luz, elevemos nuestras oraciones, vibremos en amor  porque todo pasa, esto también pasará. 

Cuando la lluvia deje de caer y se despejen los cielos saldrá el arco iris; vendrá la gaviota con la hoja de olivo en señal de esperanza y nosotros entenderemos que ha llegado el momento de aprender a vivir en un mundo mejor, compartiendo todos esta casa que es el planeta que habitamos.

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